Ya hace tiempo que las zonas rurales y los pueblos se convirtieron en una clara competencia para todos aquellos que buscaban viviendas habituales o incluso segundas residencias en la costa, y es que vivir en un pueblo cuenta con muchas ventajas, aunque como todo, tampoco está exento de inconvenientes.
En Finques Vallbona te contamos todo lo bueno y todo lo malo de vivir en un pueblo.
En la actualidad, hay muchos pueblos que intentan incrementar su población con iniciativas como ofrecer facilidades de acceso a una vivienda y ofertas laborales, una gran oportunidad para todas aquellas personas que después de la pandemia y con el desarrollo del teletrabajo se pueden plantear vivir en una zona mucho más tranquila.
Lo bueno de vivir en un pueblo
Después del encierro provocado por la pandemia del coronavirus ha habido muchas personas que han empezado a plantearse la idea de vivir en municipios pequeños pero con la posibilidad de contar con más espacio y donde puedan disfrutar de la naturaleza, ya que la vida en un pueblo ofrece estas ventajas.
- Tener una vida más saludable: ya que hay menos tráfico y por tanto, menos contaminación, además de poder estar en contacto con la naturaleza y al aire libre.
- Incrementar la calidad de vida: ya que un pueblo suele tener un ritmo de vida más tranquilo, algo que favorece también la vida familiar, sobre todo si hay niños o mascotas.
- Posibilidad de encontrar viviendas mucho más grandes a un menor precio: así como ciertos incentivos y ayudas que ofrecen algunos ayuntamientos para conseguir incrementar su población estable.
- Tener un coste de vida más bajo: ya que los precios son mucho menos elevados y tampoco es necesario gastar ni en transporte ni en aparcamientos, gracias a que todo queda muy cerca.
Lo malo de vivir en un pueblo
Existen algunos inconvenientes de vivir en el entorno rural, estos son los principales:
- Escasez de servicios y de oferta comercial: hay ciertos pueblos en los que la oferta de servicios públicos es muy limitada, así como la oferta comercial, lo que ofrece también pocas opciones de ocio.
- Poco trabajo: Si no contamos con una ocupación que podamos desempeñar desde casa o que podamos desarrollar en el propio pueblo, la vida rural ofrece muy pocas oportunidades laborales.
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