Uno de los documentos más importantes que necesitamos a la hora de vender o alquilar un inmueble es el certificado energético, que es un documento obligatorio desde el año 2013.
El pasado mes de junio, el Gobierno aprobó un nuevo Real Decreto para el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios, que derogaba al Decreto anterior y que traía consigo algunos cambios.
En Finques Vallbona te contamos cuáles son estos cambios que trae el nuevo Real Decreto 390/2021 con respecto al certificado energético.
Se amplía la obligación de la certificación obligatoria
Si hasta ahora el certificado energético era solo obligatorio para viviendas en general y locales, ahora será obligatorio para todas aquellas construcciones con una superficie útil total superior a 500 m² destinadas a diferentes usos como: sanitario, comercial, administrativo, residencial público, cultural docente, recreativo, hostelero o deportivo.
Asimismo, todos los edificios ocupados por una administración pública que tengan una superficie útil total superior a 250 m² y todos los inmuebles que tengan que pasar obligatoriamente la certificación de la Inspección Técnica de Edificios, tendrán que disponer del certificado-
Además, es muy importante tener en cuenta que cualquier persona física o jurídica (intermediarios incluyendo agencias inmobiliarias) que realicen cualquier tipo de publicidad sobre la venta o alquiler de cualquier edificio o parte del mismo, tendrá obligación de obtener la calificación energética del inmueble.
Obligatoriedad de visita presencial
A partir de ahora, el técnico cualificado que realice la inspección para otorgar la certificación energética, tendrá que realizar como mínimo una visita presencial con una antelación máxima de tres meses y además, deberá anotar la fecha en el documento.
Validez del certificado energético
La validez del certificado no cambia y sigue siendo de 10 años, excepto para aquellos inmuebles cuya calificación energética sea G, que solo tendrá una validez máxima de 5 años.
Todos estos cambios están enfocados a conseguir los objetivos de la Unión Europea de descarbonización a 2050.