La fianza y el aval de alquiler son dos conceptos diferentes pero relacionados en el contexto de los contratos de arrendamiento. Aunque se utilizan indistintamente, es importante conocer las diferencias entre ellos. En Finques Vallbona te explicamos la diferencia.
La fianza es una cantidad de dinero que el inquilino deposita al inicio del contrato de arrendamiento y que se retiene como garantía para cubrir posibles daños o incumplimientos del inquilino durante el período de alquiler. La fianza suele ser equivalente a uno o dos meses de alquiler y está sujeta a las leyes y regulaciones locales. Si el inquilino causa daños a la propiedad o no cumple con las condiciones del contrato de arrendamiento, el propietario puede utilizar la fianza para cubrir los costos de reparación o incumplimiento.
Por otro lado, el aval de alquiler es una garantía adicional que puede requerir el propietario para protegerse contra el incumplimiento del inquilino en el pago del alquiler. El aval de alquiler es una persona o entidad que se compromete a asumir la responsabilidad del pago del alquiler en caso de que el inquilino no cumpla con sus obligaciones de pago. Por lo general, el aval debe tener solvencia económica y firmar un contrato separado con el propietario para asumir esta responsabilidad.
Entonces, ¿en qué se diferencian la fianza y el aval de alquiler?
La principal diferencia radica en su propósito y alcance. La fianza está destinada a cubrir posibles daños o incumplimientos del inquilino, mientras que el aval de alquiler está diseñado para garantizar el pago del alquiler en caso de incumplimiento del inquilino en términos de pagos. La fianza es un depósito de dinero realizado por el inquilino, mientras que el aval es una persona o entidad que se compromete a garantizar el pago del alquiler en caso de que no lo haga el inquilino.
Esto significa que la fianza y el aval de alquiler son conceptos diferentes pero complementarios en los contratos de arrendamiento y es importante entender las diferencias entre estos dos conceptos y cumplir con las leyes y regulaciones locales aplicables en materia de fianza y aval de alquiler.