Una de las partes del proceso de compraventa de un inmueble es la fase de negociación. Para ello, es importante no solo tener ciertos conocimientos de mercado sino entender cuáles son las motivaciones que llevan a esa persona a vender su vivienda para poder elegir el momento y la forma de poder conseguir una rebaja.
En Finques Vallbona te mostramos en qué casos y en qué no tenemos que negociar el precio de la vivienda.
En una operación de compraventa hay dos partes muy diferenciadas: por un lado, el vendedor quiere obtener la máxima rentabilidad y por otro lado, el comprador quiere conseguir la vivienda al mejor precio posible, pero para llegar a este momento y conseguir un acuerdo, hay que tener en cuenta algunos aspectos que influyen a la hora de decidir si se puede o no negociar el precio de una vivienda.
El comprador tiene que estar informado y haber hecho un estudio previo para conocer cuáles son las características del inmueble y qué precios se barajan en el mercado para tener un punto de partida.
El segundo punto consiste en establecer un presupuesto teniendo en cuenta si tenemos ahorros previos, ya que los necesitaremos para afrontar los gastos de la transacción de compraventa, junto con los impuestos que son entre un 10% y un 15%, junto con un 20% más, ya que las entidades bancarias solo llegan a prestar hasta un 80% del valor de tasación.
Informarse de la vivienda, tanto de la parte legal como el estado de la misma, son dos elementos claves para la negociación. Con una nota simple en el Registro de la Propiedad conoceremos si el propietario ya ha pagado la vivienda o si hay alguna carga pendiente y por otro lado, si la vivienda necesita reformas es mucho más probable que se pueda negociar el precio.
Asimismo, es importante controlar los tiempos para que no se nos adelanten otros compradores ni tampoco precipitarnos con la compra, al tiempo que hay que intentar ser un poco empático y conocer cuáles son los motivos que llevan al vendedor a realizar la venta.