Mes: septiembre 2022

Pensar en reformar nuestro hogar depende de dos factores fundamentales: analizar qué es lo que debemos o queremos cambiar y cuánto es el presupuesto del que disponemos. No obstante, en ocasiones conviene pararse e incluir ciertos elementos dentro de la misma reforma porque puede ser mucho más provechoso para este momento y no tener que cambiarlo más adelante.

En Finques Vallbona te contamos cuáles son las reformas que conviene hacer al mismo tiempo.

Reforma integral del baño

Uno de los cambios principales que suele hacerse en el baño con el paso de los años, es cambiar la bañera por un plato de ducha, sin embargo, como este trabajo requiere alicatar parte de la pared, quizás sea el momento de comprobar si tendríamos que actualizar el baño por completo, incluyendo nuevos enseres y teniendo en cuenta la necesidad de actualizar desagües y tuberías.

Suelo y puertas

Cambiar el suelo sin quitar el existente, como puede ser la idea de poner tarima flotante, supone elevar el suelo algunos centímetros por eso, hay que considerar que, además de la altura del rodapiés, las puertas no encajaran y tendríamos que limarlas, por lo que conviene cambiar estos dos elementos a la vez.

Ventanas y pintura / Luz y pintura

Si queremos mejorar el aislamiento de nuestra vivienda y estamos pensando en cambiar las ventanas, al encastrar un nuevo vidrio habrá que realizar algún trabajo de albañilería y por lo tanto, habrá que pensar en pintar de nuevo.

En el caso de que queramos incluir más puntos de luz en diferentes estancias, habrá que realizar agujeros en techos y paredes, por lo que además de actualizar el sistema eléctrico habrá que plantearse pintar todas estas zonas.

Aunque en un principio todas estas reformas resultan engorrosas y pueden incrementar el presupuesto, se trata de trabajos que merecen la pena hacer al mismo tiempo y considerarlos una inversión, ya que la vivienda quedará mucho más actualizada y se podrá revalorizar su precio.

Lo más habitual de las viviendas de obra nueva es que estén ubicadas en zonas más periféricas de las ciudades, sin embargo, suponen una posibilidad para aquellos compradores que prefieren estrenar un inmueble. Como pasa con cualquier tipo de vivienda, una casa en las afueras tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

En Finques Vallbona te explicamos qué es lo mejor y lo peor de comprar una vivienda en las afueras.

Lo mejor de vivir en las afueras

Vivir en las afueras tiene estas ventajas:

• Precios más económicos: en comparación con una vivienda de obra nueva construida en la ciudad, los precios de la vivienda nueva en las afueras son más asequibles, además de que se pueden encontrar viviendas de mucho mayor tamaño con el mismo presupuesto. Asimismo, los servicios, los productos e incluso los impuestos, son mucho menores, por lo que el coste de la vida también es menor.
• Viviendas más modernas: el espacio y la ubicación fuera de la ciudad hace que los promotores y los constructores hagan proyectos incluyendo barrios mucho más modernos con zonas residenciales muy actuales, es casi como vivir en una mini ciudad donde se pueden encontrar todos los servicios en los alrededores, así como la posibilidad de disfrutar de áreas comunes. Además, los materiales de construcción son mucho más avanzados y cuentan con mayor calidad en los acabados, incluyendo el ahorro energético, lo que contribuye a facturas más baratas.
• Mayor calidad de vida: vivir en las afueras supone vivir en un lugar más tranquilo, con menos contaminación y más en contacto con la naturaleza, ya que suelen estar en lugares con zonas verdes, ideales para vivir en familia y con mucha mayor facilidad de aparcamiento.

Lo peor de vivir en las afueras

No todo es bueno cuando decidimos vivir en las afueras, estos son algunos inconvenientes:

• Más desplazamientos: estar en las afueras supone desembolsar más dinero de transporte, ya que está más alejado del centro de la ciudad o del puesto de trabajo, además de la consecuente pérdida de tiempo en el desplazamiento.
• Más aislamiento y menor actividad social: al estar lejos del centro urbano se vive de una manera más aislada, sobre todo, si no hay conocidos o familiares en la zona, además de que hay una menor actividad social (cines, restaurantes, etc.) con respecto al centro urbano.

Uno de los factores que más y mejor contribuye al ahorro energético, es el aislamiento de una vivienda y dentro del aislamiento, además de las puertas, las ventanas son el elemento fundamental para mejorar la entrada de luz, reducir la contaminación acústica y mejorar el confort térmico.

Por eso, si estás pensando en construir una vivienda o reformarla, es muy importante prestar atención y elegir unas buenas ventanas que mejoren el rendimiento de tu hogar.

En Finques Vallbona te dejamos con esta guía para que puedas elegir unas ventanas que consigan mejorar el aislamiento de tu vivienda.

Tener en cuenta la orientación

En función de la orientación donde esté colocada la ventana entrará más o menos luz. Asimismo, el tamaño de la ventana también influye, ya que a mayor superficie mayor entrada de luz pero si está orientada al norte también hay más posibilidad de recibir frío, por lo que en este caso conviene incluir un buen acristalamiento que minimice las bajas temperaturas.

Elegir un buen material

No se puede escatimar en la elección de los materiales para no encontrarnos con problemas en el futuro. Los perfiles de una ventana, es decir, los marcos pueden ser de diferentes materiales: madera, aluminio, PVC, entre otros, donde el PVC resulta más resistente y ofrece un buen confort térmico.

Mínimo doble acristalamiento

En función del número de capas de cristal que lleven ventana tendremos un mayor o menor aislamiento, tanto del ruido como de la temperatura, lo mínimo debe ser doble acristalamiento, asimismo, conviene conocer el coeficiente de transmisión del calor, un dato que puede verse en la ficha técnica de la ventana, para elegir uno que sea el más bajo posible.

Seleccionar el cerramiento

Existe la posibilidad de elegir entre ventana corredera o abatible, así como una hoja de dos, dependiendo del espacio y del tipo de ventana, así como del lugar donde se vayan a colocar.

Desde hace ya un tiempo, todos los países de la Unión Europea intentan alcanzar una mejor eficiencia energética para intentar minimizar el impacto del cambio climático, conseguir superar la pobreza energética e incrementar el ahorro energético-económico.

Y todo ello redunda en el diseño y la construcción de edificaciones más sostenibles, por eso, el nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE) va encaminado a mejorar la eficiencia energética de todos los edificios fomentando el uso de energías que procedan de fuentes renovables.

En Finques Vallbona te hablamos de los certificados del futuro de la construcción BREEAM, LEED y WELL.

Un edificio basado en una construcción sostenible llega a ahorrar entre el 50% y el 70% de la energía, con respecto a una edificación tradicional, además de que se aumenta la productividad de todos sus ocupantes puesto que se ha diseñado pensando en el incremento de iluminación natural, en reducir los niveles acústicos, en mejorar el confort térmico y en que cuente con una ventilación suficiente, es decir, crear una mayor calidad de todos los espacios habitables para mejorar la salud y la calidad de vida de sus usuarios.

BREEAM, LEED y WELL son certificaciones voluntarias que acreditan que un proyecto se ha basado en una construcción sostenible conforme a una escala de niveles bien reconocidos y en la que se valoran diferentes aspectos, con el fin de obtener un nivel de certificación concreto.

Todas estas certificaciones están basadas en que la construcción de la edificación tenga en cuenta diferentes aspectos que consigan un desarrollo sostenible de los espacios del inmueble:

• Mediante la implementación de energías alternativas.
• Con una mayor eficiencia del consumo de agua y un incremento de la eficiencia energética.
• A través de una selección de materiales sostenibles y un mejor manejo de los residuos durante la fase de construcción.
• Con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar en el interior del edificio.

Tener la potencia adecuada en un hogar significa no pagar más luz de la que se consume ni tampoco que salten los plomos por tener menos potencia de la necesaria.

En Finques Vallbona te mostramos cómo calcular la potencia que debes contratar en tu hogar.

Cuando hablamos de potencia eléctrica estamos refiriéndonos a una potencia máxima medida en kilovatios que soporta la instalación de una vivienda cuando se han encendido todos los aparatos al mismo tiempo.

Esto significa que cuantos más dispositivos eléctricos necesitemos tener en casa, mayor potencia tendríamos que contratar pero esto encarece la factura mensual, puesto que una parte de la misma depende de esta parte fija.

La potencia contratada en una vivienda no depende de su tamaño sino de cuántos electrodomésticos y aparatos eléctricos se tienen que utilizar habitualmente, así como cuál es la potencia de cada uno.

Es importante saber que bajar la potencia contratada no tiene ningún coste pero sí que tiene coste subirla.

Para saber si tenemos más potencia de la necesaria, se puede realizar el encendido de todos los electrodomésticos que hay en la vivienda hasta que salte el ICP, en el caso de que no salte, es que tenemos contratada mucha más potencia de la que necesitamos.

En una vivienda de entre 60-80m² en la que viven entre dos y tres personas y se utilizan los dispositivos electrónicos básicos, la potencia debería ser de 4,6 kW. Si se cuenta con un equipamiento medio que incluya aire acondicionado, secadora y horno eléctrico hay que subirla a 5,75 kW y en el caso de un equipamiento más elevado tendríamos que llegar a 8,05 kW.

Si tenemos dudas para ajustar nuestra potencia, lo más recomendable es acudir a un técnico electricista que haga un cálculo, instalar un contador de luz inteligente o monitor de consumo o utilizar una calculadora de potencia online.

Lo ideal es contar con una vivienda que tenga mucha luz natural pero en cualquier caso, tanto en épocas del año donde hay menos horas del sol como a lo largo de la tarde-noche, se hace imprescindible contar con una buena iluminación artificial que nos ayude en cada momento a sentirnos a gusto en nuestro hogar.

En Finques Vallbona te damos las claves para elegir la iluminación en casa.

La iluminación está basada en tres tipos principales: la general, la de trabajo y la ambiental, siempre considerando que la cantidad de luz en una habitación está determinada por un número de lámparas que se pueden encender, dónde están situadas y cuidando de no exceder el máximo de nuestra instalación.

• Luces superiores: que sirven para iluminar una zona concreta sin crear sombras ni deslumbramientos, por lo que son ideales para pasillos, baños y cocinas.
• Lámparas de techo: las más recomendables para los techos altos.
• Apliques de pared: para dar una iluminación focalizada en zonas específicas y sirven tanto para resaltar cuadros u obras decorativas como para escritorios y armarios.

A los puntos de luz es importante añadirles los tipos de bombillas adecuados:

• Las fluorescentes: son las menos eficientes, por lo que son las menos recomendables.
• Las halógenas: son las que se utilizan en techos o paredes en disposición de cabezales lineales o puntuales, focos o bolardos.
• Las halogenuros utilizan tecnología de descarga de alta densidad.

La iluminación ambiente se consigue con una mezcla de luz suave e indirecta, por eso, para poder conseguir un ambiente adecuado es preferible variar las técnicas de iluminación y hacerlas funcionar juntas mezclando diferentes lámparas o tipos de bombilla. Aunque esto también depende mucho del gusto de la persona, ya que hay aquellos que prefieren luces más brillantes y otros que prefieren más la iluminación amarilla que da más calidez.

Una de las partes del proceso de compraventa de un inmueble es la fase de negociación. Para ello, es importante no solo tener ciertos conocimientos de mercado sino entender cuáles son las motivaciones que llevan a esa persona a vender su vivienda para poder elegir el momento y la forma de poder conseguir una rebaja.

En Finques Vallbona te mostramos en qué casos y en qué no tenemos que negociar el precio de la vivienda.

En una operación de compraventa hay dos partes muy diferenciadas: por un lado, el vendedor quiere obtener la máxima rentabilidad y por otro lado, el comprador quiere conseguir la vivienda al mejor precio posible, pero para llegar a este momento y conseguir un acuerdo, hay que tener en cuenta algunos aspectos que influyen a la hora de decidir si se puede o no negociar el precio de una vivienda.

El comprador tiene que estar informado y haber hecho un estudio previo para conocer cuáles son las características del inmueble y qué precios se barajan en el mercado para tener un punto de partida.

El segundo punto consiste en establecer un presupuesto teniendo en cuenta si tenemos ahorros previos, ya que los necesitaremos para afrontar los gastos de la transacción de compraventa, junto con los impuestos que son entre un 10% y un 15%, junto con un 20% más, ya que las entidades bancarias solo llegan a prestar hasta un 80% del valor de tasación.

Informarse de la vivienda, tanto de la parte legal como el estado de la misma, son dos elementos claves para la negociación. Con una nota simple en el Registro de la Propiedad conoceremos si el propietario ya ha pagado la vivienda o si hay alguna carga pendiente y por otro lado, si la vivienda necesita reformas es mucho más probable que se pueda negociar el precio.

Asimismo, es importante controlar los tiempos para que no se nos adelanten otros compradores ni tampoco precipitarnos con la compra, al tiempo que hay que intentar ser un poco empático y conocer cuáles son los motivos que llevan al vendedor a realizar la venta.

Hay ocasiones en las estamos a gusto en nuestro hogar y no queremos cambiar pero somos conscientes de que es el momento de realizar una reforma, si no tenemos dinero ahorrado, la ampliación de la hipoteca puede ser una forma fácil de poder afrontar ese gasto.

En Finques Vallbona te contamos cuáles son los requisitos para solicitar una ampliación de hipoteca.

Al igual que ocurre a la hora de conceder una hipoteca, la entidad bancaria estudia el perfil del solicitante y determina una serie de requisitos dependiendo de algunos factores para conceder una ampliación de la hipoteca.

No tener ningún pago pendiente

El primer requisito es que estemos al corriente de los pagos y no se le deba ni haya habido ningún retraso en el pago de ninguna de las cuotas.

Trabajo estable y situación económica solvente

Estar en una buena situación laboral, esto es, un trabajo indefinido como un salario elevado, así como tener una situación económica solvente con buenos ingresos, también es un factor a tener en cuenta para conseguir la ampliación de hipoteca.

Contar con el nivel de endeudamiento adecuado

El pago de la hipoteca junto con el resto de los gastos no puede exceder entre un 30% o un 35% de la nómina pero además, es muy importante que no contemos con ninguna otra hipoteca o préstamo personal ni muchas deudas que afrontar.

La edad del solicitante

Por lo general, el banco prefiere prestar dinero a personas que están en edad de poder obtener ingresos con normalidad y con facilidad, es decir una edad media.

Contar con un aval

Ya sea teniendo un segundo inmueble en propiedad o contar con alguna persona que pueda responder en cualquier momento en el que no paguemos la cuota.

Cuánto vamos a solicitar

La cantidad influye a la hora de conseguir la ampliación de hipoteca, por lo que no conviene solicitar una cantidad elevada.