Hipoteca fija e hipoteca variable ¿cuál elegir?

La mayoría de las personas que se decide a comprar una vivienda cuando no tiene el dinero suficiente para pagarla al contado, elige la financiación a través de una entidad bancaria.

En el mercado existen diferentes tipos de hipotecas, en función de diferentes factores, sin embargo, las hipotecas más usuales son aquellas que dependen del tipo de interés aplicado: hipoteca fija e hipoteca variable.

En Finques Vallbona te explicamos las principales diferencias entre la hipoteca fija y la variable para que elijas la que mejor te convenga.

La principal diferencia entre ambas está definida en su propio nombre, ya que en una hipoteca fija el interés se mantiene fijo durante todo el préstamo hipotecario y en la variable está sujeto a un índice de referencia, que suele ser el Euribor.

Hipoteca fija

Dado que la hipoteca fija cuenta con ese interés constante, una de las ventajas principales de esta hipoteca es tener la estabilidad de que siempre vas a saber lo que vas a pagar durante toda la vida del préstamo hipotecario.

Sin embargo, suelen tener un tipo de interés un poco más elevado y los plazos son más cortos, por lo que normalmente, la cuota aunque sea fija, está un poco por encima de las cuotas que podemos conseguir con una hipoteca variable.

Hipoteca variable

En el caso de la hipoteca variable, el tipo de interés viene determinado por un diferencial que establece el banco y el Euribor como índice de referencia habitual. Estas hipotecas están sujetas a revisiones periódicas, que suelen ser semestrales o anuales, y por lo tanto, no tenemos la seguridad de saber cuánto pagaremos durante todo el tiempo que dure el préstamo hipotecario.

Las ventajas de estas hipotecas son que el tipo de interés suele ser más bajo y el plazo más amplio, por lo que podemos encontrar cuotas más reducidas.

Aunque lo más recomendable es acudir a un experto para que estudie nuestro caso particular antes de tomar la decisión, normalmente se trata de una cuestión personal y sobre todo de seguridad, ya que hay que valorar si queremos pagar siempre la misma cuota y si contamos con capacidad suficiente para hacer frente al préstamo en un tiempo determinado.

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