Una de las cuestiones que podemos plantearnos antes de vender nuestra vivienda de Barcelona, es solicitar los servicios de un tasador para marcar el precio de salida de la misma. Probablemente, no has tenido una relación previa con este tipo de profesionales. Razón por la que, desde Finques Vallbona, vamos a explicarte en qué consiste el trabajo que va a realizar y las ventajas que este puede depararte.
Una vez acordado el presupuesto, solicitará una nota simple al registro de la propiedad para confirmar que la información registrada concuerda con la que le has aportado. Tras ello, comenzará el proceso de tasación. Para ejecutarlo, va a fijar su atención en valorar distintas cuestiones que incrementarán o devaluarán el valor de tu propiedad. Comenzará estudiando la ubicación de tu vivienda, dado que la zona donde su ubique, los servicios que tenga alrededor y el atractivo de la zona, afectará al cómputo final.
A continuación, valorará el edificio donde se sitúa. Tendrá en cuenta las reformas que se han realizado en él, el aspecto exterior, si está dotado de ascensores y los servicios que aporta. Tras ello, comenzará a analizar tu vivienda en sí. Se tendrá en cuenta factores como el espacio de la misma, la distribución de las habitaciones, la iluminación, la eficiencia energética o las características particulares que pueda tener, como puede ser, por ejemplo, contar con una habitación insonorizada o estar dotada de sistema de calefacción o refrigeración.
Cuando termine todo este proceso, el tasador aportará un plano realizado por él y un informe sobre el valor que otorga al inmueble. La importancia de esta información es evidente. Si contamos con la misma, podemos ofrecérsela a nuestros potenciales compradores, acreditando que no deseamos sobrestimar el precio de nuestro inmueble, sino que es una valoración objetiva realizada por un profesional experto. Esto será valorado muy positivamente por los interesados, dado que podrán consultar con su entidad bancaria la posibilidad de solicitar un crédito hipotecario para formalizar la compra. De modo que, antes de plantear una oferta, contarán con la seguridad necesaria para realizarla.